Luxación de hombro

22.02.2022

Una luxación en el hombro es una lesión habitual en la práctica deportiva y se produce cuando la cabeza del húmero sale del glenoides. Esto provoca un gran dolor e impide mover el brazo.

El hombro está formado por la clavícula, la escápula y el húmero (que se inserta en la cavidad de la escápula, la glenoides). La articulación del hombro es la más móvil del cuerpo humano, lo que hace que también sea la más inestable

Su luxación se produce en más del 90% de los casos hacia la parte anterior, muy a menudo, suele tener lugar en accidentes en los que caemos y apoyamos el brazo.

Lesiones asociadas

  • Lesiones nerviosas, el principalmente comprometido en este tipo de afección es el nervio circunflejo o axilar que discurre por la zona lesionada. Con menos frecuencia se ve afectado el plexo braquial.

  • Desgarros o distensiones de los músculos y tendones estabilizadores del hombro, especialmente los que componen al manguito rotador.

  • Dependiendo de la gravedad del daño neuromuscular y la evolución posterior de la lesión, se puede presentar una atrofia del deltoides.

  • No sólo los tejidos blandos pueden verse comprometido por esta afección, en algunos casos puede presentarse una fractura del troquíter o del cuello humeral acompañando la luxación.

  • Además, puede promover la institución de una luxación recidivante, en la cual la estructura ósea sale de su posición anatómica total o parcialmente ante movimientos menores.

Síntomas

Los síntomas que aparecen son dolor muy agudo que imposibilita cualquier movimiento y, lo más característico, la deformidad del hombro.

Tratamiento

Lo primero que hay que hacer es reducir la luxación de hombro, es decir, volver a colocar la cabeza del húmero en su sitio. Esto se consigue llevando a cabo unas maniobras de tracción y rotación del brazo, que realizará un especialista. Después daremos paso a la inmovilización, en la mayoría de los casos por medio de un cabestrillo. Según la gravedad de las lesiones, la inmovilización durará de 2 a 3 semanas. En otros casos el tratamiento será quirurgico e ira seguido por un periodo de inmovilización.

Hay que valorar el estado de todas las estructuras que rodean la articulación, ya que puede haber lesiones en cápsula, ligamentos, tendones, nervios, vasos sanguíneos, o incluso alguna fractura de hueso.

El tratamiento de fisioterapia que se llevará a cabo, puede dividirse en dos etapas:

Durante la inmovilización:

  • Aplicación de hielo para reducir el dolor.

  • Masaje y relajación de los músculos del hombro, brazo, cuello y tórax.

  • Ejercicios respiratorios para trabajar los costales superiores.

  • Trabajo activo con dedos, muñeca y codo.

  • Cuando sea posible, según el dolor, se empezará a trabajar estáticamente los músculos del hombro y omóplato, y se harán movilizaciones suaves de poca amplitud.

  • Diatermia para bajar la inflamacion y regenerar el tejido

Después de la inmovilización:

  • Aplicación de calor, diatermia y masaje.

  • Movilizaciones de amplitud progresiva, movimientos pendulares y en suspensión, para recuperar por completo el rango de movimiento.

  • Evitar movimientos de abducción y rotación externa del hombro (por ejemplo, gesto de alcanzar el cinturón del coche para ponérnoslo) durante al menos 3 semanas.

  • Fortalecimiento muscular y estabilización de la articulación del hombro.

En personas jóvenes y deportistas hay más riesgo de que el hombro se vuelva a luxar y se convierta en una articulación inestable, por lo que es muy importante que la gente propensa a sufrir este tipo de lesión se tome en serio el trabajo de fortalecimiento y estabilización del hombro, no sólo tras la luxación, sino como un entrenamiento habitual.


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